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Abordando el estigma: una entrevista con Jesús Saiz, Vicedecano de Relaciones Exteriores de la Facultad de Psicología UCM

Abordando el estigma: una entrevista con Jesús Saiz, Vicedecano de Relaciones Exteriores de la Facultad de Psicología UCM

En la III Edición de los Premios TFM Contra el Estigma, el trabajo ganador fue una propuesta de la alumna Cristina Pinto, del Máster Universitario en Psicología Social UCM. El germen de este trabajo, titulado “Programa de intervención para fomentar la demanda de ayuda frente a un posible problema de salud mental en adolescentes de 3º de ESO”, surgió cuando Cristina se preguntó ¿cuántas veces nos habían hablado en el colegio acerca de salud mental?. A ella, “personalmente, ninguna”. En esta entrevista con Jesús Saiz Galdós, profesor del Máster Universitario en Psicología Social UCM, nos explica cómo recogió la reflexión de Cristina y guio su trabajo para dar forma al TFM ganador, generando en equipo un material de una calidad técnica y social digna de un premio.

(CCE): ¿Cómo definirías el estigma?

(JSG): Bueno, está la definición clásica, es “un atributo profundamente desacreditador a ojos de la sociedad”, como dijo Goffman. En términos llanos, es cualquier característica que te haga diferente del grupo social dominante, por lo tanto, señalado y también devaluado ante los ojos del grupo social mayoritario.

El estigma es una característica personal, porque la sufre una persona, pero que te hace diferente de un grupo social. Por lo tanto, es también social, es una característica psicosocial. Estigma puede ser tener un diagnóstico de enfermedad mental, pero también puede serlo ser mayor, ser mujer, ser una persona con discapacidad visual… El estigma es cualquier cosa que te haga diferente al grupo mayoritario. Y, por lo tanto, vas a ser discriminado. Eso es el estigma.

(CCE): ¿Cómo empezó tu trabajo en esta área y cómo se desarrolla?

(JSG): Empezó cuando hice el doctorado. Lo hice sobre el consumo de cocaína en el ámbito de la psicología social. Aparte de que tuve un equipo docente que me hablaron del estigma, y me enseñaron a Goffman (Rafa González y Blanca Lozano), a mí me llamaba mucho la atención cómo en la persona que consume cocaína había algunas características del propio consumo que hacían que se perpetuase. Características derivadas de la condición de consumidor/a, no tanto derivadas de la sustancia.

Quiero decir, la sustancia es un estimulante súper atractivo para muchas personas. Sin embargo, el cómo se ve ese consumo por la sociedad, el pertenecer a un grupo de transgresores, o a un grupo de gente de más alto standing eran condiciones que hacían que se consumiese más, no tanto solo por la sustancia.

Yo creo que el estigma me llamó la atención desde ahí. De hecho, lo primero que tengo escrito yo sobre estigma es el estigma de la cocaína. Abordo de qué manera el estigma perpetúa una condición de enfermedad, de qué manera tiene unas ganancias secundarias, y de qué manera afecta a la persona. Al final, es una característica social que tiene una repercusión muy grande a nivel individual y de salud.

Más tarde, cuando entré a trabajar en atención directa en salud mental, vi claramente todas las condiciones de discriminación que sufre la persona por tener un diagnóstico, una etiqueta clínica, y cómo eso dificulta su recuperación, su participación comunitaria, y cómo dificulta todo lo demás.

Desde ese prisma te das cuenta de que, si planteas la intervención desde una perspectiva exclusivamente individual, se puede hacer que esa persona tolere mejor sus síntomas, siga unas pautas de tratamiento (que no tiene por qué ser farmacológico), etc. Pero si hay una serie de constructos sociales que, de alguna manera, perpetúan el hecho de que esta persona se sienta peor, más discriminada, con su autoestima dañada, al final su recuperación está condicionada por algo social que no depende totalmente de ella. A mí me parece que esto es una injusticia y por eso hemos trabajado en ello.

(CCE): ¿Cómo se puede trabajar desde la universidad para abordar el estigma?

(JSG): La universidad tiene un compromiso social muy importante: tiene que ser sensible a lo que pasa fuera y desde ahí tiene que escuchar. El sufrir discriminación, el ser sujeto de exclusión, el ver coartadas las posibilidades de crecimiento… todo eso muchas veces es ocasionado por algo que se llama estigma, y la universidad tiene que trabajar en eso.

¿Cómo lo puede hacer? La universidad tiene caminos. Aquí hay mucho profesorado que nos dedicamos a la investigación y podemos escuchar esa demanda social de comprometernos con la reducción del estigma. Y esas demandas se hacen evidentes a través del prácticum, o de organizaciones que piden a la universidad que haga algo sobre un problema real que están percibiendo. Ahí nosotros podemos articular, generando plazas de prácticas para ese problema. Luego hay alumnos que tienen que hacer sus trabajos de fin de grado, de fin de máster o sus tesis doctorales, entonces se puede canalizar el trabajo por ahí.

También está la Oficina de Inclusión, que es una medida estructural que toma la universidad para trabajar contra el estigma. Sobre todo, el estigma que sufre nuestro alumnado y las personas que pertenecen a la universidad.

Y luego hay otras formas, por ejemplo, el Vicerrectorado de Estudiantes, a través de los diferentes servicios y proyectos que coordina, desarrolla campañas de resolución de conflictos, trabajo de concienciación sobre salud, sobre la importancia de la diversidad, etc., tanto en estudiantes de la universidad como en personas que están en proceso de acceso a la universidad. Al final, la lucha contra el estigma y la discriminación en la universidad se hace desde diferentes sitios, y desde otros tantos que se me escapan, seguro.

Hay gente trabajando en este tema. Lo que pasa es que también hay mucha presión en la sociedad para que el estigma se perpetúe, por lo que nunca son pocos los esfuerzos desde todas las esferas para combatirlo.

(CCE): ¿Por qué animas a tu alumnado a participar en los Premios TFM Contra el Estigma de la Cátedra UCM – Grupo 5?

(JSG): Yo he sido profesor y actualmente dirijo Trabajos de Fin de Máster del Máster en Psicología Social. En Psicología Social, una de las áreas fundamentales es la lucha contra la discriminación y los prejuicios, que es lo que genera el estigma. Creo que es uno de esos compromisos que tenemos que asumir todas las personas que nos dedicamos a lo social, básicamente porque pienso que la psicología no puede limitarse solo a la intervención individual.

Muchos problemas, como el estigma, son estructurales, sociales, compartidos y colectivos. Entonces, animo a mis estudiantes a que se comprometan y hagan su trabajo de fin de máster en algo que les ayude a ellos a aprender de metodología y de cómo se tiene que hacer una investigación, a la vez que están solucionando algún pequeño problema en algún sitio.

(CCE): En este sentido, tú fuiste tutor del TFM ganador del año 2022, titulado “Programa de intervención para fomentar la demanda de ayuda frente a un posible problema de salud mental en adolescentes de 3º de ESO”, que fue realizado por Cristina Pinto. ¿Cómo fue tu experiencia como profesor, tutorizando un TFM de estas características? 

(JSG): Fue un TFM precioso. Surgió de una solicitud expresa de un instituto en el que estaban teniendo problemas de salud en sus jóvenes, intentos autolíticos, problemas de conducta alimentaria, depresión, ansiedad, etc., y nos pidieron a ver si podíamos hacer algo. Cristina dijo que quería hacer el TFM conmigo, y no tenía muy claro lo que quería hacer, entonces le ofrecí responder a esta demanda social. Ella lo aceptó desde el minuto cero y la verdad, es que trabajó muy duro y de una forma muy profesional.

Fue muy bonito porque hacer un TFM te garantiza que tienes un trabajo serio y bien hecho, porque si no es así no lo puedes presentar. Ella hizo todas las fases que se tienen que hacer: desde la evaluación del problema, haciendo entrevistas con profesores, con padres y madres, con alumnos y alumnas, etc.; viendo las alternativas de solución del problema, sopesándolas, decidiendo con estrategias muy sistemáticas qué era lo más eficiente para los recursos que ella tenía, cómo podía alcanzar objetivos con sus recursos, y al final llevándolo a cabo.

Es verdad que nos encontramos con muchas dificultades, porque trabajar en vivo no es lo mismo que trabajar en entornos controlados. Tuvo que “pelearse” muchísimo para las evaluaciones, porque no todo el mundo entiende que después de las intervenciones hay que pasar evaluaciones. Desde el profesorado pedían que estuviese más tiempo con el alumnado, pero que no les pasase tantos cuestionarios, lo cual es entendible, por otra parte. Cristina tuvo que imponerse en unas ocasiones y ceder en otras. Eso fue todo un aprendizaje para los dos, en ese sentido, de lo que implica hacer un TFM en vivo, respondiendo a una demanda y con otras negociaciones añadidas.

Tuvo acceso a tres grupos de alumnos, sumó más de 100 personas en su muestra. Entonces, poder decir que a más de 100 alumnos ella les cambió su intención de solicitar ayuda en el caso de que se observasen algunos síntomas de enfermedad mental, para mí fue bárbaro. Y ella aprendió muchísimo sobre nuestro poder para cambiar cosas. Realmente la psicología nos permite estudiar la realidad, nos da una serie de herramientas, las aplicamos, cambiamos cosas y podemos dar fe de ello. Yo creo que fue un aprendizaje muy bonito para todos.

(CCE): Al final es lo bonito de poder aplicar la academia a la realidad social, ¿no?

(JSG): Claro. Yo en eso soy un absoluto fan de los técnicos, me confieso. Además, me molesta muchísimo todo ese personal académico que piensa que puede ir por libre, ese es mi sesgo. También son muchos años trabajando fuera de la universidad y eso me ha formado. Entiendo que la universidad no es un lugar ajeno al mundo y no podemos vivir ajenos al mundo. No tiene ningún sentido que la universidad no sea permeable, consciente… Aunque estés en un área de Psicología Básica, muy experimental, debes tener siempre en la cabeza que estas teorías y supuestos que tú estás confirmando van a tener una incidencia. Deberían responder a una necesidad o a algún problema. Entonces yo creo que la universidad tiene que estar haciendo ese ejercicio continuamente.

Porque luego es muy fácil dedicarte a tus libros, a tus clases, y caer en el ostracismo. Y eso solo beneficia a una persona, a la que cobra, pero una universidad, y menos pública, no puede caer en eso.

(CCE): Además del premio de 1000€, ¿qué otras ganancias crees que tiene este premio?

(JSG): Creo que es un escaparate. Alguien que hace un TFM es una persona graduada y con un máster, es decir, ya es un profesional que da ciertas garantías. Entonces para mí este premio es un escaparate en el cual se pueden fijar las organizaciones, Grupo 5 la primera, y para ellos es una medida de atracción de talentos.

Pero luego también puede ser un escaparate del entorno profesional más general. Porque, por ejemplo, Cristina aparte de escribir en el Blog de Grupo 5, ha publicado su TFM en el boletín de la Asociación Madrileña de Rehabilitación Psicosocial, que aparecerá próximamente. Entonces, mucha gente la va a conocer gracias a esto. Es verdad que hay tanta información que lo ves un día y mañana ya te has olvidado, pero bueno, ahí tiene esa posibilidad de tenerlo en su currículum. Puede poner “este es mi TFM, he escrito este artículo y ha tenido toda esta repercusión”.

Yo creo que esa es la otra ganancia, a parte de los 1000€, el poder darte a conocer y que puedas mejorar tu empleabilidad, que al final es lo que queremos también para nuestro alumnado.

 (CCE): Por último, si tuvieras un altavoz con el que pudieras llegar a todo el alumnado UCM, ¿qué les dirías?

(JSG): Les diría que se comprometan. Que la psicología tiene un carácter social esencial, es biopsicosocial, si quieres, pero a veces se nos olvida la última parte. Entonces, hagas el trabajo que hagas, asegúrate de que estás solucionando algo. De que va a haber un problema social que se va a resolver.

Y ya me da igual si es sobre el estigma, si es sobre educación, si es una cuestión más clínica, de trabajo… hay tantas áreas en las cuales somos importantes que debemos comprometernos y, a la vez, disfrutar.

Lo bonito y lo feo de nuestra carrera es que los sueldos no son muy estratosféricos, pero en nuestra carrera tenemos un retorno muy importante a nivel motivación y satisfacción.

Eso diría a mis alumnos y a mis alumnas, que se comprometan y que lo disfruten.

Participa en la convocatoria 2023 de los Premios Contra el Estigma aquí:

Agradecemos a Jesús Saiz su disposición para ser entrevistado, y su generosidad con la lucha contra el estigma. Además, agradecemos su disposición para revisar el contenido transcrito de sus palabras.

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