¿Las tasas de suicidio son problemáticas?

En España, en 2022, fallecieron 18.574 personas por causas externas, de las cuales 4.227 fueron casos de suicidio, según indican los datos definitivos de 2022 aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone un 5,6% más que en 2021 y coloca el suicidio como la primera causa de muerte externa en el país.

De igual manera, durante el primer semestre de 2023, los datos provisionales del INE arrojan que el problema se mantiene, contabilizando hasta el momento 1.967 fallecidos por suicidio durante ese periodo.

Estos datos son alarmantes y no debemos dejarlos de lado; están reclamando una urgente atención por parte de toda la sociedad.

Pero, ¿hablar de ello ayuda o incita al contagio? La evidencia científica indica que la forma de comunicar sobre este tema importa. Hablar sobre ello de forma responsable y adecuada es una forma de prevención y abordaje.

Un factor relevante que influye en las tasas de suicidio es el estigma. Las creencias poco realistas y negativas asociadas al suicidio y el desconocimiento social generan un enorme silencio entorno a esta problemática. Todo ello dificulta que las personas con ideación suicida pidan ayuda a tiempo, aumenta los sentimientos de culpabilidad y soledad de estas personas, y por ende, aumenta el malestar psicológico y la probabilidad de conducta suicida. Además, el auto estigma o estigma hacia uno/a mismo/a podría estar asociado con un mayor riesgo de suicidio. Ante esto, surge la necesidad de hablar abiertamente del suicidio acercando este fenómeno a la sociedad para un mayor entendimiento.

El gran mito alrededor del suicidio: “solo se suicida alguien con un trastorno mental, eso a mí no me puede pasar”.

La gran pregunta es​: ¿por qué alguien se suicida? Ante la falta de datos, la población general tiende a considerar que detrás del suicidio hay una persona que “está muy mal”, asociando el mismo a un trastorno mental. En este sentido, se considera el suicidio como una realidad lejana, que no le puede pasar a uno mismo y que solo sucede a personas fuera del entorno personal.

Teniendo esto en cuenta, es importante señalar que el suicidio no es un trastorno mental y no siempre va asociado a uno. En este fenómeno complejo y multicausal interactúan factores psicológicos, problemas personales, económicos y sociales, entre otros, y el suicidio es el resultado de una situación de mucho dolor y desesperanza, donde la persona no encuentra una vía alternativa para afrontar dicha situación.

Si bien es cierto que el suicidio se asocia con diversos trastornos mentales como puede ser la depresión o el trastorno límite de personalidad, también puede existir ideación y conducta suicida sin presencia de un trastorno mental.

Por tanto, es importante que nos acerquemos a este problema, adquiramos conciencia e información veraz y, sobre todo, escuchemos a las personas. Si en algún momento tú mismo o alguien de tu alrededor necesita ayuda, pídela. Puedes llamar al teléfono 024 o al 112.