Me gradué en Periodismo y seguí enfocándome en la comunicación: tanto la escrita como la visual. Lo que más me gustaba era leerme novelas sobre manicomios, hasta que un día las historias que me leía empezaron a chirriarme. Me encanta mirar a la gente que pasa por la calle, cómo sonríe, cómo se relaciona y me he dado cuenta de que no somos tan diferentes. Quizás de esta mezcla procede mi motivación para estar en el proyecto contra el estigma, del valor de aprender que somos diferentes, pero somos personas, de simplemente mirar y dejar ser, sin pensar en más peros ni en adaptar a las personas a lo que cada uno cree que es aceptable.
Desde la coordinación de comunicación de Grupo 5 es mucho más fácil adentrarme en este mundo del cambio mirada hacia las personas en situación de vulnerabilidad y rodearme de profesionales extraordinarios para juntos escuchar, desarrollar, mejorar y seguir creciendo en la lucha contra el estigma, en la eliminación de los mitos de las personas en situación de vulnerabilidad y que en la palabra inclusión deje de ser utilizada por no ser necesaria.